Decidirse a hacer un cambio drástico en
la vida siempre cuesta, aunque estemos absolutamente convencidos de que es un
bien para nosotros y/o para los demás.
Por
eso, yo creo que es mejor ir proponiéndose pequeñas metas.
Hace unos 6 años dejé las carnes rojas
y todo lo que derivara de éstas, lo hice por mi bien, tengo el colesterol alto
por herencia familiar y es un deber cuidarme.
Un par de años después fueron los
lácteos, con numerosas recaídas (sobre todo de la índole chocolate-manjar) y
hace más de seis meses eliminé las otras carnes y empecé a privilegiar los
alimentos crudos por sobre los cocidos (frutas, verduras, semillas, frutos
secos y germinados).
Siempre hay que estar abierto a hacer
pequeñas excepciones y no ser tan estrictos en estos procesos.
No me parece que haya que estresarse
con los cambios alimenticios, si son para bien, y de a poco vamos viendo como
nuestro cuerpo responde favorablemente, podemos partir por pequeños detalles…
Los invito a elegir alguno (o varios), y proponérselo como meta durante un mes
o dos meses, y luego de a poco ir agregando otros.
-
Hacer ejercicio. Una
caminata de treinta minutos diarios nos ayudará para comenzar el día con otra
disposición, con el cuerpo más liviano y la mente más despejada. Es el momento
para estar en silencio, poner en orden nuestras ideas y tomarnos un tiempo para
respirar conscientemente.
-
Tomar mucha agua
purificada, para hidratar y desintoxicar constantemente nuestro cuerpo. Evitar
las bebidas y jugos envasados, llenos de colorantes, endulzantes y
saborizantes, que sólo vienen a interrumpir el normal funcionamiento de nuestro
cuerpo.
-
Cambiar el azúcar por
endulzantes de origen natural, como el jarabe de agave, jarabe de yacón o la
miel. Yo, en general, no endulzo las agüitas calientes ni los jugos, pero en
las preparaciones crudiveganas dulces prefiero el jarabe de agave o yacón, ya
que el sabor de la miel es muy protagonista.
-
Tratar de optar por
las verduras y frutas en su estado más natural, maduras, ojalá de temporada y
sin cocer. Es decir, tal y como la naturaleza nos entrega los alimentos.
-
Empezar el día con
una vaso de agua limpia y tibia, con el jugo de medio limón recién exprimido.
Esto nos ayudará a limpiar el organismo y dejarlo a punto para comenzar de la
mejor manera.
-
El último cambio que
les dejo por hoy es el de optar por un jugo de frutas y verduras en la mañana,
en vez de su desayuno habitual. Yo sé que para muchos es muy difícil, pero van
a notar las diferencias. Van a sentir el cuerpo más enérgico, con más
vitalidad, su digestión va a mejorar enormemente, el pelo, la piel y las uñas
se verán beneficiadas también. Y muchos cambios que ustedes irán descubriendo.
La invitación está hecha! A elegir los cambios y
desafiarse a ustedes mismos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario