Algunos creen que para comer saludable
y alejarse de los procesados es imposible encontrar cosas ricas y dulces, que
además les gusten a los más chicos.
Pero es porque no saben que hay un
montón de ingredientes que nos entrega la naturaleza, llenos de nutrientes,
vitaminas, minerales y muchísimo sabor.
Aquí les dejo esta receta para que se
motiven el fin de semana y aprovechen de experimentar.
Bolitas
dulces Elena
- 1/2 taza de avena remojada x 10 minutos en agua
(limpia) y escurrida
- 1/3 taza de pipocas de quínoa
- 1/3 taza de coco rallado
- 2 tazas de dátiles (sin carozo) y/o pasas rubias
Procesar los dátiles (y/o pasas), hasta
formar una masa homogénea y pegote. Poner en un bol y mezclar con el resto de
los ingredientes, ir añadiendo las pipocas de quínoa y el coco de a poco, hasta
darle la consistencia necesaria a la masa para luego formar bolitas. Refrigerar
por 1 hora y luego formar las bolitas. Pasar por maca en polvo o coco rallado
para servir.
Lo bueno de las recetas crudiveganas es
que pueden ser preparadas con niños, como no se necesita horno, todo se hace
más fácil, rápido y seguro.
Y
además, son un punto de partida para explorar algunas variaciones, por ejemplo
si no tienen avena, la pueden reemplazar por almendras, nueces o avellanas
procesadas (que queden picadas bien finitas, pero no como harina). Si no tienen
coco, pueden ponerle más pipocas, o agregar más avena.
Lo importante es que siempre tienen que
estar los dátiles y/o pasas rubias, porque son el ingrediente aglutinante. Los
otros ingredientes pueden ser modificados según los gustos o alergias.
Los ingredientes que les propongo son
todos sacados de la naturaleza y no procesados. Es decir, podemos preparar
recetas ricas y sanas!!
Al comprar los frutos secos, prefieran
los naturales (sin tostar, sin sal, sin aditivos), ya que están aportando
muchísimos más nutrientes a su dieta. Al calentarlos y tostarlos, pierden un
montón de propiedades y beneficios para nuestro cuerpo.
También les recomiendo que antes de
consumir los frutos secos y semillas, los activen. ¿Qué quiere decir esto?
Dejarlos remojar en agua filtrada o purificada desde la noche anterior, luego
lavar, escurrir y dejar secar. Así recuperarán todos los nutrientes que
perdieron al salir de la naturaleza, además quedan más fáciles de digerir, por
lo que ayudamos a nuestro cuerpo en este proceso fundamental para su correcto
funcionamiento.
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