lunes, 29 de septiembre de 2014

almendras y la preparación de su leche

 
  Comúnmente en mi refrigerador tengo leche de almendras hecha por mí. Al principio me parecía más trabajoso hacerla, pero una vez que se transformó en parte de mi rutina, se ha hecho fácil y rico. El proceso me hace detener el tiempo por un rato y poner todo el cariño en lo que estoy haciendo, dejándome llevar por el quehacer manual.

  Empecé a tomar esta leche cuando me descubrieron una intolerancia severa a la lactosa. Según el gastroenterólogo que me vio, con sólo oler la mantequilla me hinchaba y me dolía la guata. Me recetó varios remedios de por vida y me rehusé a hacerle caso. Tenía 28 años y no me parecía nada sano estar tomándolos para siempre.
  Así, empecé una búsqueda hacia otro tipo de alimentación acorde a mi cuerpo. Esto, sumado a las alergias de mis niños, me llevó al camino de la alimentación consciente.     Dejé los lácteos, con algunas recaídas, como conté anteriormente, y me encanté con la leche de almendras y su proceso.

   Las almendras son fuente de grasas saludables, vitamina E, ayudan a controlar el colesterol, protegen el corazón  y fortalecen los huesos, entre otros beneficios.
  Podemos comerlas solas, en ensaladas o usarlas para preparar leche.
  La leche se puede tomar sola, endulzada (ojalá con jarabe de agave, miel, estevia o jarabe de yacón), saborizada (con canela, vainilla, frutas o cacao crudo en polvo), o bien se puede usar para preparar desayunos con avena y frutas, que es como siempre la consumo yo.

  Aquí les dejo la receta, que también sirve para hacer leche con semillas de sésamo, semillas de zapallo, semillas de maravilla, castañas de cajú, nueces o avellanas. Lo más importante es que escojan estos frutos secos naturales, sin tostar, para la preparación.


-     1 taza de almendras naturales activadas (se dejan remojando desde la noche antes en agua “limpia”)
-     ¾ litro de agua (se puede poner más o menos agua, dependiendo la densidad que prefieran)
-     saborizantes naturales como: canela, vainilla, miel, clavo de olor, anís, cardamomo, jarabe de agave, jarabe de yacón.

  Poner en la juguera  el agua con las almendras y las especies escogidas, luego licuar.
  Después, filtrar la mezcla con una bolsita de malla (la pueden hacer, comprar en www.lovinglife.cl o en Planta Maestra). Poner todo el líquido en la bolsa y cerrar, con un recipiente debajo, donde irá cayendo la leche que estrujemos de la bolsita. No dejen de estrujar hasta la última gota de leche, es ahí donde están los nutrientes más concentrados.
  La pasta que queda dentro de la malla se puede usar para untar, para algún postre, para mezclar con la avena, aliñar para algún aperitivo o espolvorear en la ensalada.

  Para la leche de avena hay que remojar desde la noche anterior 2 tazas en vez de 1, y luego seguir el mismo procedimiento.
  Las leches pueden durar dos a tres días en el refrigerador, idealmente en frascos de vidrios tapados. Y la pasta de almendras que queda, dura más días aún en el refrigerador.

  Ahora que ya tienen la receta, compren sus almendras, pónganlas a remojar y preparen su leche!!
  Se las recomiendo, pruébenla!! 

jueves, 25 de septiembre de 2014

alimentando y educando niños

 
  Intentar que los niños se alimenten de manera más saludable en estos tiempos puede resultar muy difícil. La publicidad, los eventos sociales, las colaciones de otros niños y los hábitos alimenticios de sus cercanos tienen una influencia muy grande en ellos.
  Pero no es imposible. Yo creo que primero que nada hay que asumir que son niños, que viven insertos en una sociedad, inculcarles los buenos hábitos en la casa, pero dejar que se desordenen en cumpleaños y eventos especiales.
  Tratar de que no se sientan “bichos raros” me parecen fundamental, para que después quieran seguir la dieta creada en la casa, y la mantengan para la vida.
  Por ejemplo, Pedro sabe que puede tomar coca-cola sólo en los cumpleaños, porque en su casa no hay y porque no es saludable. Comúnmente toma agua filtrada, y le encanta!

  Hay que partir de a poco… Aquí van algunos consejos que yo he ido poniendo en práctica con mis niños:

-       Como dije antes, mis niños están acostumbrados a tomar agua, tratando de que sea siempre filtrada o purificada. No compro jugos envasados y ni bebidas, tan comunes en las colaciones.
-       La Juana, que es más chica, se toma feliz el jugo verde en la mañana. Pedro que ya está más grande no quiere ni siquiera probarlo. Pero lo he conquistado con los jugos de frutas rojas, así es que aprovecho de ponerles chía, spirulina o algunas hojas verdes, que pasen de manera imperceptible.
-       Su almuerzo y comida está compuesto de una proteína animal, un carbohidrato y algo de verduras. Aunque me cuesta con las verduras. La palta ha sido “el caballito de batalla”, les encanta.
-       Comen arroz integral o basmati, ya que son menos procesados que el arroz blanco tradicional.
-       Le agrego a sus comidas sésamo crudo, que les aporta calcio. Al tostarse, el sésamo pierde muchas de sus propiedades.
-       En sus postres he incorporado el coco rallado, los mulberries, cranberries y pasas.
-       Cuando a Pedro le toca llevar de colación frutos secos, siempre los dejo activando la noche antes (remojando en agua “limpia”), luego los enjuago, cuelo y dejo estilar. Así, están recibiendo todos los beneficios que nos aportan estos alimentos, pero de manera multiplicada.
-       Nunca les cocino con sal. Si se usa aceite para cocinar sus comidas, recurro al aceite de coco, y el aceite de oliva se le agrega crudo a las ensaladas o platos que lo necesiten.
-       No compro crema, salsas ni platos preparados. Todo se cocina en la casa.
-       Por último, ahora que empieza el buen tiempo hay que aprovechar de hacerles helado de frutas en la casa, mezclando diferentes tipos de frutas y poniéndolos a congelar en esos moldes para hacer helados en palito (los he visto en el lider, jumbo y homecenter)

  Eso es lo principal en mi casa, claro que a veces compro galletas dulces y cereales, porque a mis niños les gustan, pero saben que no es algo de todos los días.
  Pedro, que ya tiene más de 4 años tiene claro que hay alimentos que son saludables y otros que no, y que debe comer más de los primeros… Aunque no siempre resulta todo con los niños, es algo de ensayo y error, ya que son cambiantes y tienen distintas etapas en su crecimiento.
  Creo que con ellos hay que ser más flexible y adaptar los alimentos y preparaciones a sus diferentes procesos. Y sobre todo tener mucha paciencia!!

martes, 23 de septiembre de 2014

tomar jugos verdes

 
  Una de las cosas que me preocupaba hace un tiempo era que sentía que mi cuerpo estaba rechazando cada vez más las carnes blancas y pescados. Había dejados las carnes rojas hacía 5 años, pero me rehusaba a dejar las otras por el hecho de que sentía que mi cuerpo de corredora las iba a necesitar siempre.
  No quería volverme vegana o vegetariana, sin encontrar una dieta que se ajustara a mis necesidades: ser mamá, trabajar independiente y entrenar seis días por semana para correr maratones. Me daba miedo quedarme sin energías.
  Hasta que conocí esto de la alimentación crudivegana. Dejé las carnes blancas, los pescados, mariscos y huevos, aunque si alguna vez sintiera que los necesito o los quiero comer, los comería. Por ahora estoy bien así.
  Como algunas cosas cocidas como la quínoa, el arroz (integral o bazmati), las legumbres (si es que no las germino) y las papas. El resto es pura alimentación cruda que proviene de la naturaleza: frutas, verduras, semillas, frutos secos y algas.
  Y la verdad es que al incorporar alimentos como la chía, la spirulina, la avena orgánica cruda, el cacao crudo, la maca en polvo y otros, me he sentido más energizada que nunca. Además, he tenido menos lesiones que antes. Quizás eso ha sido suerte o mucha elongación, pero así ha sido.
  Todos los días antes de salir a trotar me tomo un vaso de agua limpia tibia con el jugo de medio limón, y a veces le agrego 1 cucharadita de bicarbonato de sodio. Esto limpia y alcaliniza el organismo.
  Cuando vuelvo, después de trotar una hora, a veces más, hago mi rutina de ejercicios y elongaciones, y después me preparo mi jugo verde.
  En general lo preparo con el extractor de jugo, así me queda un jugo liviano, reponedor y que me quita la sed. Me llena de energía y ha hecho que los resfríos y virus que me trae Pedro del jardín infantil, se mantengan alejados.
  Además la piel, el pelo y las uñas se me han vuelto más firmes, tengo la temperatura corporal cada vez más regulada (antes era extremadamente friolenta) y despertar en la mañana se volvió un acto lleno de energía, en vez de flojera.
  Salgo a trotar sin sueño y me acomodo rápidamente al ritmo, he aumentado mi velocidad y resistencia. Yo se que eso es producto del esfuerzo y constancia, pero ese esfuerzo y constancia han sido posibles gracias a mi cambio alimenticio.
  Cada uno tiene que encontrar su camino, su sistema. Yo los invito a escuchar y sentir su cuerpo, a no dejarse llevar por la rutina y comer porque si, a cuestionarse su dieta y hacer cambios que sientan necesario para tener un cuerpo más lleno de vida y una mente más atenta.

jueves, 18 de septiembre de 2014

la quínoa




(para mi amiga Trini)

  La quínoa es un seudocereal, cuyo nombre en lengua quechua significa “cereal madre”.
  Tiene mucha fibra y es más baja en calorías que el arroz o el maíz, se digiere fácilmente y tiene ocho aminoácidos esenciales para el ser humano. Entre estos destaca la lisina, que es fundamental para el desarrollo del cerebro.
  Además, tiene más del doble de proteínas que los cereales y es muy rica en hierro (cada 100 grs de quínoa tenemos el 95% del hierro que necesitamos cada día).
  También tiene fósforo, vitamina C, E y varias del grupo B, ácido fólico y magnesio, que ayuda a relajar los vasos sanguíneos, disminuyendo los niveles altos de tensión arterial. Es buena ayudando a combatir la diabetes, osteoporosis, las cefaleas y los trastornos de ansiedad y estrés.
  Entonces, hay que empezar a incorporarla con más fuerza a nuestras comidas diarias y hacer que nuestros hijos la prueben.
  Les dejo dos recetas para que las incorporen:

Quínoa del huerto (para cuatro personas)

-     1 taza de quínoa cocida (si se usa aceite, que sea de coco)
-     1 cucharada de aceite de oliva
-     1/4 taza de cranberries deshidratados
-     1/2 taza de apio picado chico
-     1/2  taza de zanahoria rallada
-     1/2 taza de brotes de alfalfa picados finos
-     1 cucharada de sésamo sin tostar o sésamo negro
-     sal de mar

Esperar a que la quínoa se enfríe, mezclar con los demás ingredientes y servir. Se puede agregar palta, también queda exquisita.
Sirve como acompañamiento y para comerla como plato único.
A disfrutar.

Quínoa griega  (para cuatro personas)

-       1 taza de quínoa cocida (si se usa aceite, que sea de coco)
-       1 a 2 cucharadas de aceite de oliva
-       4 tomates medianos, cortados en gajos
-       2 pepinos cortados en rodajas muy delgadas, sin pelar
-       1/2 cebolla morada chica, cortada pluma
-       4 cucharadas de cilantro picado
-       1 1/2 cucharada de menta picada
-       2 cucharadas de perejil picado
-       1 cucharada de jugo de limón
-       sal de mar

Mezclar todos los ingredientes una vez que la quínoa este fría. Revolver bien. Dejar reposar 10 minutos y servir.

  A ver si se motivan con la quínoa y a partir de estas recetas inventan ustedes sus propias variaciones!

martes, 16 de septiembre de 2014

mi familia no es crudivegana

   Cuando uno toma decisiones importantes en la vida muchas veces quiere que todos le encuentren razón, que opinen igual y que apoyen lo que uno decide.
  Pero cuando son decisiones alimenticias, aunque uno crea fehacientemente que es por el bien de uno y de los demás, yo creo que cada cual debe ser libre de elegir.
  Hay muchas personas que llegan a viejas sin haber hecho nunca deporte, sin preocuparse de ponerse crema para el sol y sin cuidar su alimentación, como mi abuela de 89 años, que está muy bien para su edad. Así es que, aunque yo crea que el crudiveganismo es la mejor opción para mi cuerpo y mi mente, para muchos otros no es así, y tienen vidas sanas y felices también.
  Yo tengo dos hijos y un marido que me encantaría que me siguieran en todo lo que hago y decido. Pero con Nicolás hemos optado por criar a nuestros hijos en libertad, creemos que la vida debe ser libre, pero con responsabilidades y haciéndose cargo de las consecuencias de los actos.
  Es por esto que en mi casa, mientras mis hijos sean chicos y no decidan, comerán de todo. Claramente intento  que coman sano, les agrego semillas, les cocino con aceite coco, activo los frutos secos que van a comer y trato de que todas las mañanas tomen jugos verdes o de frutas.
  Pedro (de cuatro años) va al jardín, donde tienen colaciones compartidas, compañeros que le dan a probar de lo que llevan y cumpleaños donde comer un sinfín de procesados. Es un niño, es parte de una sociedad y queremos que se desenvuelva en ella con libertad. Pero se da cuenta de lo que es sano y lo que no lo es, se lo hemos inculcado. Quizás, cuando sea más grande decida comer algunas cosas y otras no, será su decisión.
  La Juana (de un año nueve meses) es alérgica alimentaria múltiple y de a poco ha ido incorporando alimentos a su dieta: proteínas, carbohidratos, frutas y verduras. Cuando tenga edad para decidir, también lo hará. Por ahora me roba la mitad de mi jugo en la mañana, le encanta el sésamo crudo en sus comidas, el coco y los mulberries en su fruta de postre.
  Nicolás toma jugo verde todas las mañanas que no sale apurado a trabajar, le encanta, y goza probando todas las recetas que yo preparo y pruebo, pero a veces las acompaña con carnes o pescado. Come sano, pero también disfruta de algunos procesados y lácteos.
  Entre los dos tenemos un acuerdo de no molestarnos el uno al otro con la alimentación, de respetarnos, y hemos logrado encontrar restoranes donde comemos felices los dos y recetas que nos gustan a ambos. Aunque muchas veces en mi casa hay menú diferente, sólo es cosa de organización y creatividad.
  No podemos pretender que todos cambien con nosotros, aunque sí podemos introducirlos en algunos pequeños cambios!

lunes, 15 de septiembre de 2014

una buena despensa





  

  Hoy día les voy a contar en que consiste mi despensa, lo que siempre (o casi siempre) hay, y cómo lo uso… Además, de a poco, en diferentes posts, les iré mostrando cuáles son las propiedades y beneficios de estos alimentos.

-       Quínoa: La consumo generalmente en ensaladas a la hora de almuerzo, mezclada con palta, tomate, zanahoria rallada, apio, brotes de alfalfa o semillas. Además, se la doy mucho a mis niños, con alguna proteína y verduras. En general la compro en la Vega, porque en los supermercados es más cara.
-       Arroz integral y arroz bazmati: Me encantan ambos. Los como también en ensaladas o tibios, con verduras y semillas, y cuando los cocino, lo hago con aceite de coco. Los compro en la Vega, supermercados o en la tienda www.lovinglife.cl
-       Lentejas, garbanzos, porotos españoles, lentejas rojas, porotos pallares: Me encantan las legumbres, podría comer todos los días. Las preparo con verduras o las dejo germinar y las como en ensaladas, ésta modalidad es más veraniega. En invierno nada mejor que un plato de lentejas calentito! Mis niños también son fanáticos. Compro en la Vega, supermercados o en la Tostaduría Talca.
-       Almendras, nueces, avellanas, castañas de cajú: Siempre las compro naturales y las uso para hacer leches vegetales, ponerle a las ensaladas, al arroz, a la quínoa o a la avena, además de usarlas para recetas dulces crudiveganas. Hay que consumirlas activadas previamente y tener cuidado con consumirlas en exceso, ya que son frutos calóricos, pero calorías de buena procedencia. Pueden encontrarlas en la Vega, en la Tostaduría Talca, Planta Maestra y en último caso, en los supermercados.
-       Semillas de sésamo, zapallo, amapola y maravilla: Las semillas son exquisitas para producir variaciones de sabor en las ensaladas y platos en general. Yo siempre elijo alguna para ponerle al arroz! También sirven para preparar algunos aliños o postres crudiveganos. Las compro en la Vega o en la Tostaduría.
-       Canela y esencia de vainilla (de verdad): Las uso principalmente para saborizar las leches vegetales. La canela la compro en la Vega y la esencia la encargué a Estados Unidos, acá pueden comprar las vainas de vainilla, porque la esencia que venden en los supermercados está lejos de ser de verdad.
-       Miel, jarabe de agave y jarabe de yacón: Estos tres productos son endulzantes, yo no los uso mucho, pero para los que son más dulceros, son ideales. Son de origen natural y reemplazan perfectamente al azúcar. La miel la compro en la Tostaduría Talca y los jarabes en www.lovinglife.cl
-       Aceite de coco y aceite de oliva: Para cocinar uso el aceite de coco (hay un post con foto, que habla de este aceite y sus usos) y para aliñar, el aceite de oliva. En general compro cualquiera que esté prensado en frío y sea orgánico (por ejemplo, el Olave).
-       Sal de mar o sal rosada del himalaya: Para reemplazar la sal y agregar, con moderación, a los alimentos. En www.lovinglife.cl
-       Goji berries, mulberries y cranberries: Estos berries son exquisitos y dulces, se pueden comer solos, agregarlos a ensaladas, postres o a la avena. Esta última opción es mi favorita. Compro en la Vega y en www.lovinglife.cl
-       Avena: Yo como siempre a media mañana, con leche de almendras, frutas y semillas. Me encanta. La como cruda y la dejo remojar un rato (10 min) en la leche o en agua limpia. La compro en la Vega, Planta Maestra o www.lovinglife.cl
-       Maca en polvo, spirulina, chía y linaza: Más adelante haré un post con las increíbles propiedades de estos alimentos, por ahora les cuento que yo los agrego a la avena o a mis jugos de la mañana. La linaza y la chía las activo en agua limpia de la noche anterior. Compro en la Vega y www.lovinglife.cl
-       Cacao nibs, coco rallado y pipocas de quínoa: Los cacao nibs son granos de cacao crudo picados, exquisitos y muy amargos. Estos tres alimentos los agrego a mi avena o a diferentes recetas dulces. Las pipocas también se las doy de colación a los niños, mezcladas con frutos secos y cranberries. Compro en la Vega y www.lovinglife.cl
-       Dátiles y pasas rubias: Los uso principalmente para recetas dulces crudiveganas, como la receta de bolitas dulces que subí. Los compro en la Vega y Planta Maestra.
-       Tomates deshidratados: los compro en la Vega y los agrego a mis ensaladas, siempre tengo porque encuentro que cambian el sabor a las comidas!!

  Por ahí estaríamos con las cosas que trato de tener siempre, obviamente hay algunas que uso más que otras, y algunas que me gustan más que otras… Por lo que pueden ir eligiendo cuáles van a agregar a sus despensas!!

viernes, 12 de septiembre de 2014

la receta de hoy: bolitas dulces





  Algunos creen que para comer saludable y alejarse de los procesados es imposible encontrar cosas ricas y dulces, que además les gusten a los más chicos.
  Pero es porque no saben que hay un montón de ingredientes que nos entrega la naturaleza, llenos de nutrientes, vitaminas, minerales y muchísimo sabor.
  Aquí les dejo esta receta para que se motiven el fin de semana y aprovechen de experimentar.

Bolitas dulces Elena

-       1/2 taza de avena remojada x 10 minutos en agua (limpia) y escurrida
-       1/3 taza de pipocas de quínoa
-       1/3 taza de coco rallado
-       2 tazas de dátiles (sin carozo) y/o pasas rubias
  Procesar los dátiles (y/o pasas), hasta formar una masa homogénea y pegote. Poner en un bol y mezclar con el resto de los ingredientes, ir añadiendo las pipocas de quínoa y el coco de a poco, hasta darle la consistencia necesaria a la masa para luego formar bolitas. Refrigerar por 1 hora y luego formar las bolitas. Pasar por maca en polvo o coco rallado para servir.

  Lo bueno de las recetas crudiveganas es que pueden ser preparadas con niños, como no se necesita horno, todo se hace más fácil, rápido y seguro.
Y además, son un punto de partida para explorar algunas variaciones, por ejemplo si no tienen avena, la pueden reemplazar por almendras, nueces o avellanas procesadas (que queden picadas bien finitas, pero no como harina). Si no tienen coco, pueden ponerle más pipocas, o agregar más avena.
  Lo importante es que siempre tienen que estar los dátiles y/o pasas rubias, porque son el ingrediente aglutinante. Los otros ingredientes pueden ser modificados según los gustos o alergias.

  Los ingredientes que les propongo son todos sacados de la naturaleza y no procesados. Es decir, podemos preparar recetas ricas y sanas!!
  Al comprar los frutos secos, prefieran los naturales (sin tostar, sin sal, sin aditivos), ya que están aportando muchísimos más nutrientes a su dieta. Al calentarlos y tostarlos, pierden un montón de propiedades y beneficios para nuestro cuerpo.
  También les recomiendo que antes de consumir los frutos secos y semillas, los activen. ¿Qué quiere decir esto? Dejarlos remojar en agua filtrada o purificada desde la noche anterior, luego lavar, escurrir y dejar secar. Así recuperarán todos los nutrientes que perdieron al salir de la naturaleza, además quedan más fáciles de digerir, por lo que ayudamos a nuestro cuerpo en este proceso fundamental para su correcto funcionamiento.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

el aceite de coco



  Comúnmente usamos para cocinar el aceite de oliva, creyendo que estamos recurriendo a un alimento beneficioso para nuestra dieta. Mientras lo agreguemos crudo a nuestras preparaciones no hay problema, no pierde sus beneficios ni propiedades. Pero al calentarlo, éste se vuelve tóxico para su consumo. 
  Con el aceite de coco no ocurre lo mismo: si podemos calentarlo y consumirlo en preparaciones horneadas, salteadas y cocinadas. No se vuelve tóxico al ser calentado.
  Vamos a pensar entonces que todo nos va a quedar con sabor y olor a trópico, pero la verdad depende de la marca de aceite que escojamos. Hay algunas (como el aceite marca Artisana) que dejan un agradable gustito a coco, para los que nos encanta esta fruta, y hay otros que pasan desapercibidos (como el marca Cadia).
 
  En mi casa se cocina con aceite de coco, hicimos el cambio. Para los grandes con el más oloroso y sabroso, y para los niños con el más insípido, porque el otro todavía no les gusta mucho. El arroz integral, arroz bazmati, la quínoa, algunas verduras salteadas y otras comidas quedan increíbles.
  Además, se puede usar en preparaciones dulces, reemplazando a la mantequilla (1 taza x 1 taza) en recetas tradicionales o dándole sabor y consistencia a postres crudiveganos.

  Este aceite también se recomienda para aplicarlo directamente sobre la piel.
  Se puede utilizar en vez de crema corporal, hidratándola y dándole firmeza, ayuda a mejorar el aspecto de las manchas, es un excelente exfoliante al mezclarlo con sal de mar, hidrata los labios y sirve para masajear la piel, derritiéndolo a baño maría.

  Al consumir el aceite de coco en nuestras comidas y batidos de frutas, vamos a recibir todos sus beneficios. A continuación les presento algunos:

-     Es anti-inflamatorio natural, ayuda a desinflamar y reparar los tejidos.
-     Nos ayuda en la lucha contra las infecciones y los virus como el de la gripe, los herpes, el sarampión y la hepatitis C.
-     Es de fácil digestión, mejorando los problemas de estreñimiento y colon irritable.
-     Estimula el metabolismo, mejora la función tiroidea y el colesterol bueno, ayudando a reducir también el colesterol malo.
-     Nos ayuda a absorber el calcio, entre muchos otros beneficios.

  Yo generalmente lo compro en la tienda virtual www.lovinglife.cl, que además tienen miles de productos que valen la pena y tienen despacho a todo Chile. También lo he comprado en Planta Maestra (locales en Antonio Varas 1370, Manuel Montt 187 o Merced 295C)

  Atrévanse a reemplazar los otros aceites a la hora de cocinar y a ponerlo sobre su piel!

martes, 9 de septiembre de 2014

pequeños cambios



  Decidirse a hacer un cambio drástico en la vida siempre cuesta, aunque estemos absolutamente convencidos de que es un bien para nosotros y/o para los demás.
Por eso, yo creo que es mejor ir proponiéndose pequeñas metas.

  Hace unos 6 años dejé las carnes rojas y todo lo que derivara de éstas, lo hice por mi bien, tengo el colesterol alto por herencia familiar y es un deber cuidarme.
  Un par de años después fueron los lácteos, con numerosas recaídas (sobre todo de la índole chocolate-manjar) y hace más de seis meses eliminé las otras carnes y empecé a privilegiar los alimentos crudos por sobre los cocidos (frutas, verduras, semillas, frutos secos y germinados).
  Siempre hay que estar abierto a hacer pequeñas excepciones y no ser tan estrictos en estos procesos.

  No me parece que haya que estresarse con los cambios alimenticios, si son para bien, y de a poco vamos viendo como nuestro cuerpo responde favorablemente, podemos partir por pequeños detalles… Los invito a elegir alguno (o varios), y proponérselo como meta durante un mes o dos meses, y luego de a poco ir agregando otros.

-     Hacer ejercicio. Una caminata de treinta minutos diarios nos ayudará para comenzar el día con otra disposición, con el cuerpo más liviano y la mente más despejada. Es el momento para estar en silencio, poner en orden nuestras ideas y tomarnos un tiempo para respirar conscientemente.
-     Tomar mucha agua purificada, para hidratar y desintoxicar constantemente nuestro cuerpo. Evitar las bebidas y jugos envasados, llenos de colorantes, endulzantes y saborizantes, que sólo vienen a interrumpir el normal funcionamiento de nuestro cuerpo.
-     Cambiar el azúcar por endulzantes de origen natural, como el jarabe de agave, jarabe de yacón o la miel. Yo, en general, no endulzo las agüitas calientes ni los jugos, pero en las preparaciones crudiveganas dulces prefiero el jarabe de agave o yacón, ya que el sabor de la miel es muy protagonista.
-     Tratar de optar por las verduras y frutas en su estado más natural, maduras, ojalá de temporada y sin cocer. Es decir, tal y como la naturaleza nos entrega los alimentos.
-     Empezar el día con una vaso de agua limpia y tibia, con el jugo de medio limón recién exprimido. Esto nos ayudará a limpiar el organismo y dejarlo a punto para comenzar de la mejor manera.
-     El último cambio que les dejo por hoy es el de optar por un jugo de frutas y verduras en la mañana, en vez de su desayuno habitual. Yo sé que para muchos es muy difícil, pero van a notar las diferencias. Van a sentir el cuerpo más enérgico, con más vitalidad, su digestión va a mejorar enormemente, el pelo, la piel y las uñas se verán beneficiadas también. Y muchos cambios que ustedes irán descubriendo.

La invitación está hecha! A elegir los cambios y desafiarse a ustedes mismos!

lunes, 8 de septiembre de 2014

del trote y la alimentación



  Desde el año 2006 que entreno 6 días a la semana, preparándome para distintas maratones, en diferentes lugares. Cuando empecé a correr, lo hice a modo de desafío personal, de irme superando cada día, de correr todos los días un metro más. Y así fue, de a poco me fui sintiendo más fuerte y con mayor resistencia, y eso me ha dado energías para querer correr otras maratones y carreras más cortas también.
  En un comienzo, fui donde un nutricionista deportivo y le hice caso al pie de la letra… Durante mucho tiempo comí grandes cantidades de pasta, y tome litros y litros de gatorade. Todo supervisado por el especialista y siempre sintiéndome medianamente bien.
  Pero me aburrí. Del trote no, pero de la alimentación si, se me hacía monótona y repetitiva.

  Entonces, después de esperar a mi primer hijo, vomitar nueve meses y comprobar, gracias a una dieta que tuve que hacer para darle leche materna a Pedro (era alérgico a la proteína de la leche de vaca), que me sentía infinitamente mejor sin tomar ni comer lácteos. Fue entonces que me diagnosticaron intolerancia a la lactosa severa.
  Volví a correr, pero esta vez sin probar los lácteos y me sentí mejor, aunque nunca perfecto. Las pastas las comía de vez en cuando y los gatorade cuando eran estrictamente necesarios, como el día de hidratación previo a los 42 km.
  Seguí corriendo, hasta que me quedé esperando a mi segunda guagua, la que nació e hizo una crisis severa de alergia alimentaria múltiple. Esa fue la gota que rebalsó el vaso. Volví a hacer la dieta y luego a preocuparme por cada detalle de la alimentación de la Juana, que hasta el día de hoy, con 1 año 9 meses, sigue siendo un tema.

  Al retomar el trote después de tener a la Juana, me recomendaron un muy buen nutricionista deportivo, lo visité y me dio un régimen especial para empezar a tener menos grasa, más músculo y así rendir mejor en las carreras, que era lo que yo buscaba.
  Dentro de su régimen se contemplaban 3 yogures sin lactosa al día (desayuno, media mañana y media tarde), en un principio me los tomé, pero vivía hinchada e incómoda, además me costaba entender que algo que era llamado “natural” durara tanto tiempo en el refrigerador, como un yogurt.
  Fue cuando empecé a investigar y conocí la alimentación consciente, a través de una persona increíble. Me fui metiendo en este tema, profundizando, leyendo y probando nuevas recetas.
  Desde entonces, hace seis meses, y preparándome para correr por segunda vez la maratón de Chicago (en octubre), empecé a alimentarme de otra manera y a tener muchísima más energía que antes.
  Salir a correr en la mañana y después tomarme mi jugo de luz, me llena de fuerzas y vitalidad. Corro con mayor energía y menor esfuerzo. Me siento con el cuerpo más preparado para los 42 km que voy a correr en un par de semanas!

optar por lo más simple

 A veces elegir lo más simple puede resultar incluso más complicado.

Desde hace un tiempo vengo dándole vueltas a la idea de que la forma de alimentación de hoy en día no está bien, que ni siquiera aquello que pareciera ser saludable, finalmente lo es. En Internet se multiplican las listas de productos hechos con transgénicos, de otros que producen cáncer, de algunos que dan alergia a un alto porcentaje de la población y de la obesidad que aumenta sus cifras en niveles alarmantes.

¿Qué se hace frente a todo esto?

Yo decidí, después de mucho darle vueltas, optar por la forma de alimentación más simple, más real y menos procesada que hoy podemos tener. Recurrir a las frutas, verduras, semillas, granos integrales, legumbres, fruto secos, germinados e incluso algas.
Es difícil a veces volver a aquello que parece más simple y más lógico, a la alimentación original que alguna vez tuvo el ser humano, a lo que debiera ser. La sociedad de hoy en día nos bombardea de productos nuevos, de procesados cada vez más complejos, de azúcares que nos tientan con sabores ficticios, de restoranes con platos elaboradísimos y pocas opciones realmente sanas. Pero, por otro lado, la alimentación saludable también está dando fuerte la batalla, presionando por hacerse un espacio e invitándonos a vivir más conscientemente y mantener las enfermedades alejadas y controladas.
Cuando me encontré con la alimentación crudivegana, gracias a unos talleres que realicé,  lo vi todo mucho más claro, se me despejaron las dudas y descubrí un montón de recetas, sabores, colores y texturas que me iban a hacer mucho más fácil el camino a una vida más simple.
Antes, estuve buscando por todos lados, tratando de encontrar alguna respuesta a mi constante malestar, a las alergias (alimentarias y respiratorias) de mis niños, a la falta de energía a la hora de entrenar (yo corro maratones), a los reiterativos problemas digestivos y a un montón de detalles que de a poco les iré contando. No encontré ninguna respuesta tan exitosa como el camino que inicié hace algunos meses, del que de a poco les iré contando, dando ideas, recetas, información y contando mi proceso.

Bienvenidos!